Con lo que se produzca en Vaca Muerta, se le volvería a vender gas a Chile. También se podría intercambiar electricidad. La presidenta chilena viene para el Mercosur.
“¿Sabías que antes le vendíamos gas a Chile y ahora se lo tenemos que comprar?”, dice uno de los spots oficiales que lanzó la Subsecretaría de Ahorro y Eficiencia Energética del Ministerio de Energía para intentar reducir el consumo del fluido en el invierno. En la semana más fría del año, el Gobierno está por firmar un acuerdo de intercambio energético con el país trasandino para exportarle gas producido en Vaca Muerta y comenzar a revertir la situación.
En síntesis, la idea es importar gas de Chile a través del gasoducto GasAndes (de la comuna chilena San Bernardo a la localidad mendocina La Mora) y devolverle la misma cantidad por el Gasoducto del Pacífico (del yacimiento neuquino Loma La Lata a la ciudad chilena Concepción), con lo que se extraiga de los yacimientos no convencionales neuquinos. También podría incluirse en el acuerdo una operación similar con electricidad, a partir del desarrollo de las energías renovables en ambos lados de la Cordillera.
De cara a una nueva Cumbre de Jefes de Estado del Mercosur que se realizará el viernes en Mendoza y con la proximidad de la llegada de la presidente de Chile, Michelle Bachelet (arribaría el miércoles a Buenos Aires), las autoridades argentinas ultiman detalles de un convenio que vienen negociando desde el año pasado con sus pares del país vecino para compensar los faltantes de gas en el norte argentino y el sur chileno.
Según información a la que accedió El Cronista, este swap lo empezaron a idear el año pasado el ministro de Energía Juan José Aranguren y su par chileno en aquel entonces, Máximo Pacheco. Las tratativas siguieron con Andrés Rebolledo, que reemplazó a Pacheco (quien se fue en octubre de 2016 a apoyar la campaña presidencial del ex mandatario Ricardo Lagos, desistida en abril de este año). Todo se aceleró en los últimos meses y ahora la Aduana argentina revisa los vericuetos antes de la oficialización.
En busca de los detalles del acuerdo, que por ahora se mantienen en secreto, El Cronista se comunicó con fuentes de los ministerios de Energía de ambos países y la Aduana, pero no obtuvo respuesta. Sin embargo, el embajador de Chile en Argentina, José Antonio Viera Gallo, le explicó a este diario que “la meta es la interconexión energética en toda Sudamérica, como ya lo hace Europa. Chile va a entregar más gas por el norte y Argentina lo va a devolver por Neuquén. Esto sería adicional a lo que ya está contratado”, comentó el diplomático.
Ahora, Chile recibe Gas Natural Licuado (GNL) de Trinidad y Tobago e Indonesia a través de los puertos de Mejillones y Quintero, lo regasifica y lo vende a u$s 7,9 por millón de BTU a Argentina, que lo necesita por tener saturados sus gasoductos y los barcos regasificadores en Escobar y Bahía Blanca.
Enarsa firmó por segundo año consecutivo un contrato para importar gasde Chile. Esta vez fue por 276 millones de metros cúbicos (m3) entre junio y agosto, por unos u$s 82,2 millones, y reemplazará compras de gasoil por u$s 41 millones. Así, las importaciones de gas en el invierno, entre los contratos con Bolivia y Chile, los barcos con GNL y el gasoil, llegarían en 2017 a u$s 1689 millones.
Este swap cubrirá faltantes siempre que haya disponibilidad para exportar el hidrocarburo en los dos países y no se limite el consumo interno.
De esta manera, se intentará recuperar una oportunidad comercial perdida. En 2004, el primer año completo del kirchnerismo en el Gobierno, se exportó gas a Chile por un total de 3.666.123 m3. El colapso de la infraestructura energética llevó a que la cifra fuera en progresivo declive hasta 2011 (apenas se vendieron 39.744 m3 a Chile) y quedó en 0 por tres años, hasta que en 2015 se exportaron por última vez 43.323 m3.
Fuente:El Cronista