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La astronomía sitúa a Chile en la vanguardia mundial.

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La astronomía ha venido a unirse a los atributos naturales como la Patagonia, Isla de Pascua, el desierto de Atacama, los vinos, las frutas o los pescados y mariscos que hacen que Chile sea ampliamente conocido internacionalmente, fortaleciendo su imagen a escala global.

En un universo de algo más de doscientos países, la marca Chile se sitúa en el lugar 38º a nivel mundial y la tercera de América Latina, tras Brasil y México, según el Nation Brands 2015. Este es un informe muy consultado por los que desean invertir o exportar-importar, realizado por Brand Finance, que cuantifica su valor y mide la fortaleza de la marca país a través de diversos índices tales como estabilidad, educación, inversión, bienes y servicios o confiabilidad. La más valiosa, a mucha distancia de los demás, es Estados Unidos; le siguen China, Alemania, Reino Unido, Japón, Francia, India, Canadá, Italia y Australia.

La semana que termina tuvimos la ocasión de compartir en Barcelona, España, gracias a Casa América, durante dos horas aproximadamente, con la astrónoma chilena, Premio Nacional de Ciencias Exactas 1997 y presidenta de la Academia Chilena de Ciencias, María Teresa Ruiz González. Al iniciarse el acto fuimos informados que le había sido otorgado escasas horas antes un nuevo reconocimiento: el Premio L’Oréal Unesco Para Mujeres en Ciencia 2017 de Latinoamérica. Junto con señalar que era un gran honor afirmó que constituía un «compromiso con incentivar, mediante distintas actividades, que más mujeres se interesen por las áreas de: ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas».

Casi dos siglos de experiencia

Ya entrados en materia la astrónoma nos contó que los orígenes de la astronomía en Chile se remontaban al siglo XIX, con Andrés Bello (1829), a quien le gustaba escribir sobre cometas, e incluso antes ya hay una incipiente actividad coincidiendo con el despegue de Chile como nación. El país es uno de los centros astronómicos más valiosos del orbe, y lo será más cuando concluyan algunos proyectos que ya están en marcha;, llegado ese instante se podrá afirmar con propiedad su condición de «ventana del mundo hacia el universo». Simplemente para que tomen conciencia de esto: en este momento se cuenta con el 40% de la capacidad de observación de la tierra. Para 2020 está previsto que esta se incremente hasta el 70%; planes como el Telescopio Europeo Extremadamente Grande (E-ELT, por sus siglas en inglés), la ampliación del observatorio ALMA, en Atacama, que llegará a las 66 antenas, el Telescopio Gigante de Magallanes o el Gran Telescopio para Rastreos Sinópticos están en marcha.

La presencia de científicos venidos de diversos lugares del planeta al norte chileno vinculados a la astronomía en cada una de sus especialidades crece sin parar, a ellos se están uniendo los que están egresando de universidades nacionales. Todos, de manera consciente o inconsciente, contribuyen con su participación en congresos globales a que la figura de Chile se acreciente como referente de la astronomía terrestre, y suelen estar entre los más activos con aportaciones varias.

Los inventos o adelantos que han sido desarrollados para la astronomía y que luego han saltado a la industria o la medicina como tecnologías avanzadas son innumerables y están relacionados principalmente con comunicaciones e imagen. La película Kodak Technical Pan, creada originalmente para que los astrónomos solares pudieran obtener imágenes de la estructura y la evolución de la superficie del sol, hoy es empleada en la espectroscopía industrial y médica por los fotógrafos industriales y los artistas. Igualmente, la Technical Pan se utilizó en la localización de cultivos y bosques enfermos, en odontología y diagnóstico médico y en la detección de falsificaciones de obras de arte mediante el estudio de las capas de pintura.

Las aportaciones de la astronomía van mucho más allá de las tecnologías; además, nos da algo que será fundamental en el devenir de la historia: descubrir la grandeza del universo, y nos indicará cuál es nuestro lugar en esta inmensidad. Hay más. La supervivencia de nuestra especie está íntimamente ligada con el estudio del cosmos: la influencia del sol en el clima terrestre. Asimismo, la dinámica del sistema solar nos permite detectar con anticipación las amenazas que provengan del espacio. Algo muy significativo sucede con la astronomía, esta supera ampliamente lo privado y la esfera de lo local, sale al exterior incentivando y promoviendo las colaboraciones con toda la comunidad global.

Ruiz González señalaba en una entrevista que actualmente «entendemos teóricamente como nacen las estrellas. Estas al formarse de un colapso de una nube gas, empiezan a atraer lo que está alrededor y así se va componiendo un núcleo más denso de gas, que da una estrella como resultado. Sabemos que todas las estrellas deberían formar un disco alrededor, el cual deberían estar los planetas. En nuestra galaxia hay más de 100.000 millones de estrellas y, en el universo, hay más de 100.000 millones de galaxias. Hay que pensar que el sol es una estrella muy común a las demás».

Hoy en día sin ningún género de dudas la ciencia astronómica está influyendo favorablemente en la visibilidad de Chile en el mapa, particularmente en los entornos científicos. Concluye Teresa Ruiz: «No hay evidencia que haya vida en el universo. Sin embargo, toda lógica indica que sí».

Tomás Pablo Roa es presidente ejecutivo de Wolf y Pablo Consultores, S. L.